La empatía es una fuerza afectiva para todo tipo de relaciones, ya sean amorosas, de negocio, de amistad, familiares, laborales u ocasionales, en donde todas ellas se siembra el bienestar y la esencia de humanidad.
En este mundo actual que nos está tocando vivir, queda en claro que, por el fenómeno de globalización y sus propuestas de sistemas político, económico, social y tecnológico, la persona humana ha sido víctima de la marginación, del mercantilismo y de la cosificación. El resultado de esto es la deshumanización como la grave enfermedad progresiva y mortal afectando a todos los niveles y en todos los campos.
Por lo que es urgente encontrar mecanismos, acciones definitivas que urgentemente den salud, proporcionen el retorno del humanismo, de la búsqueda de la solidaridad y del bien común. De encontrar para la sociedad el camino de encuentro con la justicia, la paz y el amor o caridad.
Creo firmemente que solo regresando a lo esencial podremos recuperar la salud, eso esencial es la practica sincera, abierta y contundente de actitudes constructivas y prácticas cada vez mejoren de comunicación afectiva que logre alcances y encuentros humanos.
Por lo que nuestra propuesta es la actitud constante de la empatía en todas nuestras relaciones. Según estudios de instituciones y organizaciones mundiales como la OMS (Organización mundial de la salud), nos dicen que la sociedad sin empatía ha desarrollado:
• Una educación en el egoísmo
• El incremento de divorcios o rupturas
• Aumento de la pobreza
• Mayor desigualdad, intolerancia, indiferencia e indolencia
• Incremento de la violencia, la injusticia y de conflictos
Por lo que, recordemos que la empatía, antes que nada, es la capacidad intelectual y emocional de comprender al otro desde el otro y emitir una respuesta apropiada, en esta comprensión no existen ni evaluación ni aprobación.
Es la actitud de entendimiento y comprensión, solidaria, sensible y de respeto y es consecuencia de un proceso de escucha activa; de máxima escucha.
En este proceso de escucha, la empatía significa estar en el otro, y el que está siendo escuchado, el que se da cuenta de esta actitud, por lo que sería una falacia decir “fui empático con tal o cual persona”, “estoy siendo empático contigo”. Solo el que es escuchado y percibe la comprensión y una respuesta acorde, es el que siente la empatía.
La empatía es una fuerza afectiva para todo tipo de relaciones, ya sean amorosas, de negocio, de amistad, familiares, laborales u ocasionales, en donde todas ellas se siembra el bienestar y la esencia de humanidad.
Es la mejor herramienta para la salud actual de la humanidad. Por lo que, necesitamos favorecer la actitud de empatía con comportamientos que la favorecen, tales como:
• Mostrar calidez
• Ser honestos con los sentimientos
• Verificar cómo se siente el otro
• No culpar ni juzgar
• No aconsejar
• Dar respuesta acorde a la necesidad del otro
• Servir y ayuda
Por último, recordemos que; La salud es un don que necesitamos cuidar. El cuidado en las relaciones es la acción humana que nos acerca a Dios. La Empatía es el don de Dios para relacionarnos saludablemente.
Hay una máxima que nos dice:
‘Busqué amor y no lo encontré. Busqué a Dios y no lo encontré. Busqué a mi prójimo y encontré a los tres, a mi prójimo, al amor y a Dios’.
Armando Tenorio